La base de fruta para yoghurt consiste en una fruta que ha sido sometida a un proceso fisico-químico, para generar las características idóneas para su mezcla con yoghurt en base blanca y cumpla con las características que el cliente requiera
en cuanto a sabor, color, dulzor, acidez, viscosidad y características específicas. La fruta es cocida a temperaturas de pasteurización y se le agregan aditivos como edulcolorantes, conservadores, colores, sabores y estabilizantes.

La fruta es calentada junto con la cantidad de azúcar y/o fructosa señalada según el proceso del cliente. Se procede, después, a hacer las adiciones de ingredientes como estabilizantes, conservadores, edulcolorantes, color y sabor. Una vez cocido se procede a hacer la toma de muestra de laboratorio para realizar los estudios físico-químicos, organolépticos, y determinar así que se esté en los parámetros definidos. Una vez establecidos y corroborados los resultados, se procede a hacer el envasado de la mermelada en cubetas con bolsa. El producto es llevado a almacén de producto terminado. Finalmente, una parte de la muestra es llevada para su análisis bacteriológico.

La base de fruta es empacada en cubeta con tapa reusada, lavada y sanitizada, en cuyo interior se le pone una doble bolsa. Es pesada en 20 kg netos y se hace el cerrado correspondiente. Se le coloca una etiqueta con la descripción general de ingredientes, así como número de lote y fecha de caducidad.

La caducidad del producto es de 3 meses, una vez abierta la cubeta debe consumir completamente. El almacenamiento se debe hacer en un lugar limpio, fresco y seco.

Las pruebas organolépticas son básicamente 3:

Color: Este se determina haciendo una aplicación en yoghurt para confirmar que se esté en el parámetro indicado por el cliente mediante un chart (phantone) de colores determinado por cliente y proveedor.

Olor: Una vez aplicado en el yoghurt se procede a determinar que el olor se característico de la fruta y según perfil del cliente.

Sabor: Se procede a degustar la aplicación con el yoghurt y determinar que el sabor sea característico y apegado al perfil del cliente.

Las pruebas físico-químicas son 2:

% de fruta: mediante una práctica ya establecida se procede a determinar la cantidad o porcentaje de fruta residual en la base, con ello garantizamos que la cantidad de fruta declarada sea real y conforme a la fórmula del cliente.

Viscosidad: mediante una práctica establecida se procede a determinar la viscosidad de la base por medio de un consistometro tipo senco, el cual mediante una inclinación y compuerta y contando el recorrido de la mezcla por la tina de desplazamiento se determina el mismo en función de 30 segundos. Con ello garantizamos que a la hora de mezclar la base de fruta con el yoghurt exista una eficiente mezcla para que la consistencia del yoghurt, ya frutado, sea la óptima según especificaciones del cliente y características de su yoghurt.